Analista de RRHH

Claudia Maulén.

Toda mi vida la he pasado en Lo Prado (Región Metropolitana). Nací ahí y creo que voy a seguir ahí forever.

El terreno donde pasé mi  infancia era enorme. Ahí mi papá montó su empresa de dulces: caramelos, cocadas, sustancias, de todo eso. Justo a un costado de nuestra casa.

Claudia y su millón de amigos.

Crecí rodeada de amigos y obvio que a todos les encantaba ir a mi casa! Si había dulces por todos lados. Cuando me topo por ahí con esos caramelos antiguos me compro uno para recordar ese sabor de mi niñez.

No conozco a nadie más resiliente que mi papá. Quedó viudo muy joven (a los 40 y luego conoció a mi mamá), tuvo que partir de cero tras quebrar su empresa, vio partir a sus tres hijos del primer matrimonio. Y de esa pena enorme, se repuso. Hoy tiene 94 años.

Uno de los momentos más duros de mi vida fue la muerte de mi hermana mayor. Ella era todo para mí y falleció a los 45 años luego de un accidente mal atendido en el hospital, dejando 3 hijos, que hoy son mi conexión con ella.

Siempre me inculcaron la necesidad de ayudar a los demás. En el colegio íbamos mucho a hogares de ancianos, trabajos de verano, después en fundaciones como Un Techo para Chile. Hoy participo activamente en la Fundación Educalegre, que se dedica a ofrecer talleres educativos gratuitos a niños, niñas y jóvenes de entornos vulnerables.

Graduación de 4to medio.

Al salir de Cuarto Medio no teníamos los recursos para estudiar en la universidad. Así que como estudié en un colegio técnico, pude comenzar a trabajar altiro como Técnico Social Administrativo. En mi primer trabajo tenía que redactar muchos oficios y recuerdo perfecto la pregunta clave que me hizo mi jefe en esa entrevista: «¿cómo se escribe NECESIDAD?». «N.. E.. C.. E… S.. .». «Ya, perfecto, la buena ortografía es muy importante», me dijo. Tres años estuve en ese trabajo.

Cuando nos conocimos con mi marido nos caímos pésimo. En realidad no era el momento, yo venía de una separación. Pero tiempo después nos volvimos a encontrar y ahí supe que Rodrigo era para toda la vida, nunca más nos separamos.

No estaba ni de cerca en mis planes, pero a los 43 años quedé embarazada. Fue impactante. Cuando me enteré, lo primero que pensé fue «¿qué le voy a decir a mi jefe?». Ya tenía dos hijos, de 21 y 17, ese tema ya estaba supuestamente resuelto… y llevaba poco más de un año aquí en la Liga. Fue como esos condoros de cabra chica de 15.

Pero había más… no era una guagua, sino que dos! Venían mellizos. Mi marido no me pudo acompañar a la ecografía, si además a esta edad ya era como “filo… un trámite”… y la doctora me dice: «Claudia, son dos». «Quééééé!!?». Ahí me puse a llorar, pero de la emoción.

Mis niños, Mateo y Amanda, fueron prematuros y no ha sido nada fácil. Nacieron de 32 semanas, directo a la incubadora. En la neo (Neonatología de la clínica) las pasaron todas, pero salieron adelante. Luego han tenido que seguir diversas terapias, en la Teletón, equinoterapia, por dar un par de ejemplos… pero gracias a Dios hoy son unos niños sanos de 6 añitos.

La familia de Claudia. De izquierda a derecha: Amanda (6), Rodrigo (marido), Christopher (27), Mateo (6), Claudia y Antonia (23)

Mateo pudo mirarme a los ojos recién a los 3 años. Nunca voy a olvidar ese día y la emoción que significó. Hoy está con un diagnóstico de posible TEA, pero estamos siguiendo un tratamiento natural (Protocolo Nemechek) que nos ha permitido sacar los medicamentos que tenía que tomar y ha mejorado mucho, en todo sentido, sobre todo el poder dormir mejor, que era su principal problema.

En la Liga se portaron un siete. Me apoyaron 100% y para mí era muy importante, porque al momento de quedar embarazada estaba súper contenta con mi trabajo, muy motivada. Llegar a un lugar «tipo fundación” siempre fue mi ideal.

Aquí he podido desarrollarme profesionalmente. Implementando nuevos procesos que van en directo beneficio de las personas que trabajamos en la Liga, como las licencias médicas electrónicas, pago de cotizaciones a través de Previred y el envío por mail de la liquidación de sueldo (antes en papel). Actualmente estoy participando de la pronta implementación de la plataforma BUK, que es un software de gestión de Recursos Humanos que permitirá, entre otras muchas cosas, que los propios colaboradores descarguen sus liquidaciones.