Fonoaudiólogo Centro de Desarrollo Integral (CEDEI)
Mi manifiesto

Ricardo González (CEDEI).
Soy nacido y criado en Maipú. Crecí en una casa de la Ciudad Satélite junto a mis papás, mi hermana mayor y el “Kiwi”, nuestro perrito que vivió 17 años.
Como mi papá es veterinario y tenía la consulta en la casa, mi primera pega fue de asistente. Lo ayudaba a operar a los perritos y gatitos de los vecinos. Incluso pensé en estudiar Veterinaria.
Mi mamá estudió Ingeniería en Saneamiento Ambiental, pero nunca ejerció. Eligió quedarse en casa y la crianza. Eran otros tiempos, también. Le he preguntado un par de veces si le hubiera gustado trabajar en lo que estudió y me dice que está tranquila con la decisión que tomó.

Ricardo a los 5 años en su casa de Maipú.
Mis recuerdos de infancia son felices. De vida de barrio y amigos. Mi colegio quedaba a unas cuadras, todo caminando. Ya en la media me cambiaron a otro de curas cerca del centro. Es que mi mamá era bien católica. Yo no, la verdad.
Saliendo del colegio estaba entre estudiar Veterinaria o Kinesiología. Pero no sabía si quería ser veterinario para siempre. Y entonces me llamó la atención la Fonoaudiología y entré. Sin saber mucho de la carrera… nada en realidad. Vi la malla y me pareció interesante. Y ahí me quedé.
De “Fono” me gustó lo de hacer terapia, la rehabilitación en adultos con trastornos comunicativos. Y en niños, lo de trabajar la estimulación cuando hay riesgo de trastornos en el lenguaje, por distintas razones: prematurez, autismo o Síndrome de Down.
Antes de llegar al CEDEI trabajé en varios lugares. En colegios, fundaciones y centros de salud mental. Pero quería algo más “clínico” y ahí me encontré con el aviso de la Liga. No sabía mucho de epilepsia, pero postulé igual.
Llevo dos años ya trabajando aquí y me gusta venir a trabajar. Ha sido un desafío personal bien bonito para mí, esto de dedicarme a un área (la epilepsia) que no está muy explorada desde la fonoaudiología. He aprendido mucho.
Las mamás y papás de mis pacientes valoran mucho este espacio. Hay otros centros, pero no se especializan en epilepsia y eso les da mayor confianza sobre el tratamiento que reciben sus hijos por parte del equipo terapéutico del CEDEI en conjunto.

Ricardo junto a su polola Taina y Micky.
Hace un año estoy viviendo con mi polola Taina en el sector del Parque Cerrillos. Y nos conocemos hace no tanto más, pero hemos tenido el mismo proyecto de vida, así que no la pensamos tanto.
Hace un tiempo adoptamos un perrito: Micky. Llegó de dos meses y con mucha energía. Hay que sacarlo a pasear sí o sí un par de veces al día. Antes y después de la pega.
Me encanta el fútbol. Tengo vivo el recuerdo de mi bisabuela escuchando los partidos de Colo-Colo en una radio a pila y con una cerveza Cristal. Gracias a ella mi papá y yo somos del Colo, porque mi abuelo era de la U.
Me gustaría tener hijos. No todavía, pero sí quiero tener. Lo hemos conversado con Taina, pero somos jóvenes aún. Yo 32, ella 30. Nos gustaría viajar primero y luego verlo en conjunto. Creo que sería algo más hablado, planificado. Por cómo somos nosotros.
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